Intento recordar cual fue mi
contacto con los hilos y viene a mi mente mi abuela Inés en Balisa, rodeada de
ovillos de perlé para tejer a ganchillo todo tipo de prendas para la casa… y en
mi curiosidad infantil comencé en este andar…
Primeras puntadas
El punto me lo enseñó mi madre, Nati,
también en el pueblo, ella nos tejía a mis hermanos y a mí los jerseys de
invierno pero su tiempo era limitado así que para tener la prenda a tiempo me
decidí a aprender y lo hice durante bastantes años en mi adolescencia.
Tejía en verano principalmente
cuando estaba de vacaciones, entre las mujeres de la casa: mi madre, mi hermana
Marta y yo decidíamos colores y prendas… fueron muchos veranos, unas tejíamos y
otras daban ideas y esperaban para estrenarlas, y ya no quedan prendas de aquel
trabajo, pero sí agujas de hierro primero finas y después más gordas, y
recuerdos… que tiempos!!!
En el pueblo era normal ver a las
chicas, sentadas en alguna sombra rodeada de labores, cada una con lo que
quería. Me viene a la mente imágenes de esos años, compartiendo ideas que nos
habían traspasado nuestras madres y abuelas. Y en los inviernos las labores se
hacían alrededor de la mesa con el brasero calentando la estancia: aquellos
guantes amarillos y naranjas de las sobras de una prenda con esos colores.
Ahora esas tertulias de calle, se
sustituyen por las redes sociales, facebook, instagram, que te acercan a
aquellos que hacen los mismo que tu, sintiendo una afinidad y una amistad con
otra persona al otro la do de la red.
La última prenda que recuerdo fue
un verano ya estando en la universidad, de vuelta al pueblo a pasar el periodo
estival, un jersey gris de punto inglés que en una de sus lavadas encogió y ahí
quedó estancada esta afición.
Años después, pero años, en el
2011, después de estudiar y aprobar una oposición, para el Ayuntamiento de
Madrid, me vino de nuevo las ganas de rodearme de lanas y agujas, recuperadas
éstas de la casa del pueblo, y volví a empezar… de forma tímida, como si no
supiera, pero es como el montar en bici, se recuerda y sí tengo que reconocer
que se me da bien.
Volví haciéndome un jersey y ya
no he podido parar… una afición retomada, ya llevo al menos 3 años, así que, de
momento mientras me animo a ir a un grupo de tejedores anónimos que me quiten
esta dependencia, decido escribir este blog, donde os iré contando mis
proyectos, trucos, patrones, videos y si tenéis alguna duda también puedo
intentar ayudaros.
Os animo a seguirme…
Intento recordar cual fue mi
contacto con los hilos y viene a mi mente mi abuela Inés en Balisa, rodeada de
ovillos de perlé para tejer a ganchillo todo tipo de prendas para la casa… y en
mi curiosidad infantil comencé en este andar…
Primeras puntadas |
El punto me lo enseñó mi madre, Nati,
también en el pueblo, ella nos tejía a mis hermanos y a mí los jerseys de
invierno pero su tiempo era limitado así que para tener la prenda a tiempo me
decidí a aprender y lo hice durante bastantes años en mi adolescencia.
Tejía en verano principalmente
cuando estaba de vacaciones, entre las mujeres de la casa: mi madre, mi hermana
Marta y yo decidíamos colores y prendas… fueron muchos veranos, unas tejíamos y
otras daban ideas y esperaban para estrenarlas, y ya no quedan prendas de aquel
trabajo, pero sí agujas de hierro primero finas y después más gordas, y
recuerdos… que tiempos!!!
En el pueblo era normal ver a las
chicas, sentadas en alguna sombra rodeada de labores, cada una con lo que
quería. Me viene a la mente imágenes de esos años, compartiendo ideas que nos
habían traspasado nuestras madres y abuelas. Y en los inviernos las labores se
hacían alrededor de la mesa con el brasero calentando la estancia: aquellos
guantes amarillos y naranjas de las sobras de una prenda con esos colores.
Ahora esas tertulias de calle, se
sustituyen por las redes sociales, facebook, instagram, que te acercan a
aquellos que hacen los mismo que tu, sintiendo una afinidad y una amistad con
otra persona al otro la do de la red.
La última prenda que recuerdo fue
un verano ya estando en la universidad, de vuelta al pueblo a pasar el periodo
estival, un jersey gris de punto inglés que en una de sus lavadas encogió y ahí
quedó estancada esta afición.
Años después, pero años, en el
2011, después de estudiar y aprobar una oposición, para el Ayuntamiento de
Madrid, me vino de nuevo las ganas de rodearme de lanas y agujas, recuperadas
éstas de la casa del pueblo, y volví a empezar… de forma tímida, como si no
supiera, pero es como el montar en bici, se recuerda y sí tengo que reconocer
que se me da bien.
Volví haciéndome un jersey y ya
no he podido parar… una afición retomada, ya llevo al menos 3 años, así que, de
momento mientras me animo a ir a un grupo de tejedores anónimos que me quiten
esta dependencia, decido escribir este blog, donde os iré contando mis
proyectos, trucos, patrones, videos y si tenéis alguna duda también puedo
intentar ayudaros.
Os animo a seguirme…
A mí, ni tienes que animarme. Te sigo desde el minuto 1 ;)
ResponderEliminarGracias Antonio...
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